domingo, 2 de junio de 2019

Trascender


En el contexto en el que crecí, siempre me inculcaron que uno debe buscar hacer el bien porque hay un Dios que lleva cuentas.


Resulta interesante intentar definir lo que implica “hacer el bien. Uno podría pensar que es un concepto subjetivo; y sin embargo, cuántas tragedias y cosas fuertes han pasado por grupos de personas que llevan su bandera de lo que piensan que es correcto (definido por n cantidad de fuentes) queriendo imponerlo en otros. 

En algún momento de mi existencia se me quedó marcado como parámetro de lo que es “bueno, el ser atento y respetuoso con el otro que está a mi lado.. pienso que si queremos transmitir una idea de lo que es “Dios (no de religión) la mejor manera es mostrar amabilidad, tolerancia y compasión hacia los demás. Desde mi personal punto de vista, eso es lo importante; eso debería ser la esencia de cualquier religión, de cualquier asociación..

Quizá estoy sonando un tanto idealista o romántica, pero la verdad nunca me he considerando como alguien muy realista.



Recuerdo que desde adolescente pensé en la carrera de Psicología y me encontré con una total desaprobación en mi casa,  por esta idea de que la Psicología y la religión se contraponen. Me costó buen tiempo y mucha buena suerte/coincidencias/bendiciones para lograr tener el apoyo de mis padres, que en su momento era vital para mí. Por eso, cuando llegué a Monterrey y empecé mi carrera me sentía la más feliz y la más bendecida por haber logrado estar en ese lugar. Pienso en esos primeros momentos y me da un “no sé qué recordar todo lo que implicó para mí el haber estudiado mi carrera en el lugar donde quería. 


Cuando empecé a ver pacientes sin duda mi vida cambió, encontré otro sentido en ese “hacer el bien. Espero que la mayoría de los que estudian esta carrera puedan coincidir conmigo en eso, uno encuentra un sentido mismo de la vida diferente en cuanto te das cuenta del impacto que puedes tener en el otro.

Por eso, la clínica me apasiona... sin dejar de fuera la docencia también. Es que resulta muy bonito y satisfactorio motivar a los estudiantes para que disfruten y aprendan algo tan apasionante.



El otro día, saliendo del trabajo venía camino a mi depa, reflexionando en eso; en lo bendecida que soy porque la maestría me ayudó mucho a entender mejor a mis pacientes y a tener una práctica más precisa y eficiente. Soy bendecida y quiero recordar eso con cada consulta que llegue a tener.

Quiero seguir aprendiendo, quiero seguir mejorando porque aunque quizá mi trabajo sea un pasito chiquito en el universo, estoy tocando vidas y eso es lo que le da sentido a mi día a día.