Hace poco estuve leyendo uno de mis primeros escritos del Blog donde intenté describir las relaciones personales y me sorprendió recordar las ideas de una Nohemí de 18-19 años. Luego me llevó a reflexionar sobre los cambios de mentalidad que he venido teniendo.
Es interesante ver esas tormentas mentales que uno experimenta en la adolescencia y el cómo, poco a poco, los pensamientos van evolucionando hasta volverse en creencias más sólidas o estables
Cuando trato de rastrear un origen a esas evoluciones del pensamiento, creo que una parte fundamental son las personas con las que nos vamos rodeando y con las que compartimos experiencias.
Las caprichosas conexiones que vamos entablando
Sin la intención de sonar muy cursi... bueh, ¡¿A quién engaño?! Si suelo ser bastante cursi para escribir mis ideas; pero creo que las conexiones que establecemos con otros son lo más cercano a la magia del mundo real
Un buen día coincides en algún tiempo y espacio con alguien, compartes alguna charla y percibes cierto grado de afinidad
Es como si uno fuera una pieza con un engranaje único y las otras personas terminan “encajando" de una u otra forma contigo; con tu manera de pensar, con tus gustos, pasatiempos.. Por eso me parece que el adjetivo de “caprichoso" queda muy bien aquí, porque es por un sinfín de factores que uno logra conectar o no con la otra persona. Y con una determinada intensidad...
La tan sonada “química"
Me he preguntado qué cosas son las que me llevan a establecer conexiones profundas con ciertas personas.. ahora no estoy segura que exista un parámetro para medir la profundidad. Más bien, creo que me relaciono mucho por medio del lenguaje; y si el lenguaje viene a ser la base de la consciencia, puedo decir que mis relaciones más íntimas son por medio de ese vínculo consciente/verbal
Recuerdo que durante mis primeros años en Reynosa me rodeé de gente muy introvertida, hasta que en la preparatoria cambié el típico círculo de amigos con los que me juntaba y empecé a "incursionar" con personas más extrovertidas (probablemente el típico caso de introvertida adoptada jaja).
La verdad agradezco infinitamente haber dado ese cambio, dejar atrás prejuicios que tenía y empezar a relacionarme con gente aunque fuera muy distinta a mí. Esas conexiones y experiencias fueron las que me ayudaron a ir dejando zonas de confort
Justo fueron las conexiones con mis amigos de la prepa las que me impulsaron para irme a estudiar la carrera en Monterrey, antes ni me había pasado por la mente. Ni me sentía lo suficientemente valiente para separarme de mi familia...
Estas últimas semanas he estado en varias reuniones sociales aquí en Guadalajara y he comenzado a sentir una cómoda familiaridad
Tengo casi tres años aquí, es la cuarta ciudad en la que vivo y estoy sintiendo enlaces más profundos con un grupo más grande de personas (al inicio de confianza sólo tenía a una de mis mejores amigas jaja)
De hecho, hace poco dijeron algo en referencia a este punto, me describieron con un “ha vivido en varias ciudades.. pero en ninguna se ha quedado"
He sentido algo similar a lo que sentí en Monterrey y que creo que me hizo quedarme más tiempo, me he sentido como “adoptada"
La ciudad es bonita, el clima es mucho más amigable (excepto este último mes, pero bueh.. igual no se compara con el calor norteño jaja)... y la gente es muy linda, he encontrado personas muy buenas. Aparte, comencé mi práctica clínica en consultorio y todo ha fluido de una forma, taaan.. natural o espontánea. Me siento contenta con eso
Recuerdo muy bien que cuando fui a Reynosa en mis primeras vacaciones de la maestría le estaba contando a mi mamá de los nuevos amigos que tenía y ella me dijo algo como de que “tuviera cuidado" porque me encariño muy fácil y después sufro mucho las pérdidas, y me subrayó la temporalidad de mi estancia en Puebla (mi plan siempre fue ir solo a estudiar la maestría, o sea solo estaría dos años)
Entendí su punto, no quería verme sufrir y estoy consciente que, aunque no soy la persona más social y extrovertida, las relaciones que suelo establecer son íntimas y me suelo apegar mucho. Supongo que también tiene relación con el hecho de vivir en ciudades donde no se tienen los típicos enlaces sanguíneos
De igual manera no me sentí con la voluntad de “mantenerme al margen" (si es que se puede) de las relaciones y no hacer amigos importantes durante mi estancia en Puebla
He hecho las paces con la idea de que no todos los amigos que fueron muy cercanos en ciertos momentos de mi vida se van a quedar para siempre; de hecho si me he terminado distanciando de personas que fueron súper amigos y que después ya no compaginábamos tan bien o había otras circunstancias que nos iban separando. Pero eso no quita que hayan sido importantes en su tiempo y siento agradecimiento por los momentos compartidos y todo. Por las conexiones y experiencias..
Que loco pensar en cómo el hecho de convivir con personas que te impulsan a hacer cosas distintas a las que estás acostumbrado, hace que encuentres nuevos “gustos" o que veas el mundo un poquito más diferente y ya con eso, marcan tu vida.. hasta pudiendo darle otro rumbo. Terminamos siendo construcciones de todo lo que esas personas y las experiencias nos van aportando..
He ahí la magia, de una coincidencia en espacio/tiempo, se da una conversación.. una relación.. una conexión.. que te hace incursionar en otras cosas, dandole otra dirección a tu camino
Sólo me queda un sabor de nostalgia, todas esas personas importantes.. esas “conexiones" que alguna vez formaron parte de mí y que moldearon mis percepciones del mundo.. ahora parecen estar regadas en varias ciudades. Y de cierta forma es como vivir día a día con alguna sensación de que algo te hace falta
Pero consuela saber que, aunque el contacto ya no sea diario o con frecuencia, en varias ciudades tengo personas valiosas para mí, con las que sé que puedo contar. Las que me siguen enseñando a caminar diferente...
Ahora puedo ver en retrospectiva y estar agradecida con Dios por toda esa gente que me acompañó una parte del camino, que impactó de alguna manera mi vida y me sacaron de mis "zonas".
Quizá también tiene que ver con la edad, ya puedo decir como decía Dumbledore..
Enfinnnn, que bonito caminar con consciencia... necesitaba venir a decirlo por aquí