miércoles, 13 de mayo de 2015

Ellas (os)

Yo creo que todos durante la adolescencia podemos recordar el consejo de mamá, papá, etc:

"No me gusta ese muchachito para que sea tu amigo"


Y en ese tiempo te enojas (es casi el deber del adolescente estar enojado y hacer corajes jaja) y piensas "bueno, ¿qué tiene de malo? ¿qué puede pasar?"




Y pues, si pasa.





Con mis años (tal vez no tantos, pero definitivamente más de los que quisiera jaja) puedo voltear y darme cuenta que esas advertencias eran realmente por algo.




Es cierto que son bien sonadas las frases estilo "el que con lobos anda a aullar se enseña", yo sólo quiero reiterar cómo esto ha marcado mi vida.





Una vez leí que de todas las personas podemos aprender algo, siempre y cuando tengamos disposición, y eso me recuerda una teoría de que la forma en que podemos trascender como seres humanos es determinada por cuántas vidas marcamos. 



Personalmente he vivido duelos físicos y veo cómo esas personas, aunque ya no estén físicamente presentes, dejaron un "legado" en muchas vidas.. Que padre y que bonito la verdad, por eso yo creo eso de que "el verdadero éxito de una persona se mide en la calidad de sus relaciones personales"



Recuerdo que mi mamá solía decirme esa parte de la Biblia: "Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres" y después, ella agregaba: "si eso hacen las conversaciones, ahora imagínate las compañías" 




Y es que, definitivamente el contacto prolongado con alguien si termina influyendo en cómo te construyes. 



Veo hacia atrás, en mis años de adolescencia y recuerdo esa amiga que me impulsó a salir de mi zona de confort, que me ayudó a mejorar mi interacción social (imagínense, si ahora no soy la "reyna de la interacción" pues antes era peor, REALLY). El hecho de estudiar acá en Monterrey fue mucho por su influencia.



Recuerdo a esa amiga con la que compartí tantos años de mi niñez en la iglesia.



Recuerdo esa amiga con la que pasé mis tardes de FaPsi viendo películas o esa amiga que me presentó el 13 Lunas.



He oído que a veces la gente dice que una verdadera amistad no se pierde y simplemente no puedo creer eso. Pienso que en la vida vamos cambiando, a veces de una forma gradual, otras veces de forma intensa, y de repente ya no encajamos tan bien con esas personas.. pero eso no significa que no haya sido algo verdadero en cierto momento.



y ¿saben algo?



Tengo una amiga que me ha durado desde mis años de prepa y que es quién mejor me conoce en estos momentos, una amiga que me recuerda que siempre tengo a alguien a quien recurrir, que me ha conocido en mis peores momentos (a lo largo de mucho tiempo jaja) y que también me ha recordado que la Fe en Dios es algo que no debo perder.


Tengo una amiga que me recuerda mantener una actitud positiva, que tiene una fuerza increíble a pesar de estar tan pequeña, que todos la conocen por su bondad y alegría.



Tengo una amiga que todos conocen por ser muy tierna, con quien puedo contar mis pequeñas obsesiones y esas cosas que siento como extrañas de mí..... y me entiende a la perfección jaja sin juzgarme. Ella me recuerda la inocencia y que el ser sinceros muchas veces hace la vida más ligera. 



Tengo un amigo al que le puedo llamar, sean las 2 o 3 de la mañana y aquí lo tendré en veinte minutos. Que me ha sacado por tacos callejeros cuando lo necesito y que me ha acompañado a la plaza de por aquí sólo para sentarse unas horas y escucharme. Que me regaló a Andy.



Tengo una amiga que tiene la sangre más ligera que puedan conocer, que me muestra que es importante caminar con honestidad, transparencia y sobre todo, con humildad.



Tengo una amiga con quien comparto mis pensamientos más ñoños y casi siempre me sorprende con un "yo también hice eso!" Es mi "compañera de aventuras" y me recuerda lo importante que es luchar y ser firmes con nuestras propias ideas; que me muestra lo que es la fidelidad a uno mismo.



Tengo un amigo, relativamente nuevo, que me ha enseñado en verdad lo que es la escucha atenta y que he sentido como un apoyo sólido.


Tengo una amiga súper relajada, que sinceramente, me recuerda que a veces es bueno no ponerse tan intensos; sino, mantener un equilibrio, porque también muestra bastante compromiso con lo que hace.




Y quizá mis discursos largos a veces son como un "ahí va de nuevo a decir lo mismo sobre tal persona", pero realmente puedo pensar en tanta gente que ha venido a marcar mi vida y la verdad es que uno no sabe cuánto tiempo van a estar aquí, entonces es importante hacerles saber lo que significan. Además que me gusta mucho presumirlos, jajaja.


"Son amigos no hace falta dar sus nombres o apellidos, ellos lo saben y se dan por aludidos"

1 comentario:

Alexander Strauffon dijo...

Me tocó ser ese "muchachito que no gusta", ante muchos padres cerrados. El tiempo otorga la razón, la mayoria de las veces son las propias proyecciones del intolerante padre/madre hablando y no un juicio objetivo. Al paso de los años esos padres criticones resultaron, entre otras cosas, golpeadores y borrachos, ausentes que terminaron abandonando a su familia, e incluso delincuentes. Lo penoso es que el ciclo se repite, interminable.