Hace poco recordé que tengo Blog (porque pues.. vacaciones) y me puse a checarlo, además de escribir un poco.
Este gusto por escribir lo tomé desde la secundaria y me servía para desahogarme. Hasta después hice el blog para todos aquellos escritos que quisiera “compartir“.. y vaya, tengo entradas aquí desde el 2009.
Entonces por un momento pensé que debería cerrar el Blog, porque casi nadie es usuario (de hecho creo que solo conozco un usuario blogger activo) y a veces me da la impresión que estoy escribiendo al aire, pero dije naaah.. qué más da quien me está leyendo cuando a mi me sigue gustando escribir y me sigue gustando la quizá “aburrida" plataforma del Blog.
Después consideré poner ciertos escritos como borradores, dejarlos para lectura personal porque son cosas que en algún momento quise contar pero ahora siento que son muy personales o algunos otros escritos están bastante “informales" o tontos, irrelevantes y más.. pero naaah, si ya decidí exponer esto hace tiempo, qué más da modificarlo ahora.
Y así es cómo llegué aquí... como buena persona curiosa, me quedé pensando en por qué en esta época tuve la idea de borrar el blog y antes no.. ¿es pena? ¿me he hecho más cerrada? ¿me estoy haciendo seria (aún mas)? Quizá es porque de un tiempo para acá le estoy pensado acerca de qué compartir y qué guardarme.
--- Me estoy haciendo vieja (y un tanto amargada, tal vez)---
Pienso que es muy fácil para mi hablar de lo mucho que me apasiona mi carrera, del recorrido que me llevó a este punto profesional... de mi gusto por dar clases y ser profesora también he hablado.
Pero no he compartido lo mucho que me gusta escribir. Creo que es un gusto que tengo por ahí escondido y que no me doy tiempo de “sacarlo".
Y es que, cuando uno escribe, se expone... aún en la categoría de ficción, es imposible no dejar algo de ti mismo en el proceso y eso algunas ocasiones da miedo, pero no del miedo tipo "estoy en medio de una balacera en reynosa" o "estoy sola en mi casa viendo una película de terror". Más bien, es un miedo a que te juzguen, a que te conozcan; porque eso te pone en una posición vulnerable al otro.
Sin embargo, al escribir uno también saca lo que tiene que salir y eso da una sensación de tranquilidad.
Y es que, cuando uno escribe, se expone... aún en la categoría de ficción, es imposible no dejar algo de ti mismo en el proceso y eso algunas ocasiones da miedo, pero no del miedo tipo "estoy en medio de una balacera en reynosa" o "estoy sola en mi casa viendo una película de terror". Más bien, es un miedo a que te juzguen, a que te conozcan; porque eso te pone en una posición vulnerable al otro.
Sin embargo, al escribir uno también saca lo que tiene que salir y eso da una sensación de tranquilidad.
Para mí, escribir es un autoconocimiento; al buscar las palabras que mejor expresen lo que siento, descubro y organizo todo eso que está en mi mente y que algunas veces se queda enredado por no hacer el intento de compartirlo con alguien más.. A veces tampoco logro expresarlo tan elocuente como quisiera, pero a final de cuentas es terapéutico.
Todas las veces que me he sentido triste o emocionada, termino escribiendo algo y ha sido bueno dejarlo plasmado, da una paz peculiar. Es un boleto de ida y vuelta entre mi cabeza y la realidad.
Y así, refiriéndome a gustos, el día de mañana iré a un examen de taekwondo (obviamente solo a ver, considerando mis habilidades motrices) y me pongo a pensar ¡qué padre! todas esas personas se esforzaron haciendo algo que los apasiona y lograron llegar a una meta. Conozco varias personas que practican alguna arte marcial y cada una de ellas tiene una disciplina y un amor hacia esa actividad, y la verdad lo admiro mucho.
Creo que pocas pláticas disfruto más que cuando alguien me cuenta sobre lo que le apasiona hacer, porque se descubre eso que los “mueve“, es una parte muy bonita y profunda de su ser.. me encanta platicar con esa gente que refleja movimiento, que refleja un brillo... pienso que sobresalen precisamente porque en la actualidad lo común es toda esa gente adulta apagada en la rutina, en los compromisos y el estrés diario.
Y la intención no es juzgarlos, porque pienso que es muy fácil caer en rutinas y perder de vista esas cosas que en un pasado nos gustaban y más si consideramos el contexto económico actual... Pero pienso que sería importante no dejar de hacer esas cosas que disfrutamos, y ¿por qué no? compartirlas con quien sea.
Esta entrada es precisamente eso, un granito de arena.
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