Lo que si aprendí en FaPsi

Hace tiempo escribí un post sobre las cosas que no aprendí en FaPsi y hablé de experiencias fuera de los salones que me llevaron a digievolucionar en la persona seria y formal que ahora soy (cof, cof).

Esta vez quisiera darme el tiempo de escribir y elaborar algo que me ha dado vueltas en estos últimos días.

Estudiar Psicología fue un sueño cumplido. Cuando dije que era lo que quería estudiar, mucho tiempo me dijeron que era una carrera “antibíblica” y que pensara en otras alternativas.. así fue que pensé en enfermería.. hasta presenté y aprobé en la carrera. 

Quién sabe cómo estaría ahora de haber seguido ese camino, pero considerando mi espléndido sentido del humor y el sistema de salud, probablemente sería una enfermera amargada de esas que te hablan feo en los hospitales.

Otra cuestión con la que batallé mucho fue que mis papás no querían que estudiara en monterrey.. imagínense, la única mujer y la menor.. en una familia bastante protectora, ps estaba difícil soltarme.

El punto es que, poco a poco mis papás fueron aceptando la idea de que yo estudiara Psicología y la idea de venirme a Monterrey. Debo agradecer que mis papás conocieron psicólogos cristianos, que mi abuelo dijera que el querer venirme a mty era “valiente”, que mi abuela dijera que “me veía muy triste” y sin duda, contar con la abogacía de mi hermano que siempre me apoyó en mis decisiones.

Cuando llegué a FaPsi tuve la sensación de ser la persona más agradecida de haber llegado ahí, lo valoré inmensamente.

Dentro de las aulas aprendí de la carrera, comencé a apasionarme.. cada cosa nueva era de lo más interesante (excepto la materia de laboral, guacala jajaja). Maestros un tanto excéntricos y con prácticas poco “ortodoxas”, comida bien cara y fea, compañeros extraños, áreas verdes y arbolitos lindos.

Fuera de las aulas madure como nunca, aprendí a valerme por mi misma y a cuidarme.

Conocí la Neuropsicología, impulsada por excelentes maestros, a los que siempre estaré agradecida.

Victor fue quien me contactó más directamente para comenzar un voluntariado en el Departamento de neuro. Humberto fue mi primer supervisor, que desde un inicio compartió mucha bibliografía y me llevó a cuestionarme para realizar investigación. Marco, a quien le debo el apodo de “ñoña”, que siempre creyó en mí y con quien descubrí mi pasión por la docencia. Juanjo y Pedro, con quienes empecé a conocer el trabajo de cerca con pacientes. Sandra, con quien compartí ese último paso en la carrera y quien me abrió la puerta para regresar a FaPsi, pero ahora desde el otro lado.

La modalidad por competencias de la carrera proponía la trayectoria de neuropsicología con materias de investigación/conductual/educación. Ninguna de esas me interesaba lo suficiente, por lo que me di el lujo (atrevimiento quizá jajaja) de meter carga académica con materias de psicoanálisis, la otra trayectoria que desde un inicio me atrapó.

A pesar de los comentarios que escuchaba de maestros y en juntas administrativas sobre que estas dos trayectorias (neuro y psicoanálisis) se contraponían, me encontré con el apoyo de otros maestros como Pedro, Héctor y aún también de Marco para seguir ese camino (acomodando mi práctica en neuro) y sin duda, puedo decir que lo que aprendí en mis clases de Psicoanálisis me permitió ver otra esfera muy interesante de mis pacientes.

El comenzar un grupo de estudio sobre “Neuropsicoanálisis“ en la facultad, me permitió abrir un espacio de buenos diálogos con compañeros estudiantes y pude leer mas cosas por mi cuenta.

Es curioso, desde mis primeros semestres en FaPsi pensé que ser maestra de ahí sería como WOOW y me lo planteé como una especie de objetivo ideal. El haber vuelto este año para supervisar alumnos fue una experiencia llena de emociones y nostalgia.

Esta última supervisión, les dije a mis alumnos que esperaba que hayan obtenido aprendizajes nuevos, claro.. pero que también se quedaran con tomarse las prácticas más en serio, el estar con un paciente implica grande responsabilidad y preparación.

Alguna vez escribí, que cada paso profesional que llegara a dar, siempre recordaría de donde vengo y siempre me llevaría al depto de neuro muy adentro.

Porque ha sido un lugar muy simbólico, encontré mi sentido más profundo y libertad.

Las personas que conocí ahí, me dieron la calidez y el cobijo hogareño que necesité.. especial para la foránea ñoña que no conocía nada de mty, mas que la escuela jaja

Conocí a mi grupo de mejores amigas, que han estado y estarán en cualquier momento.

Alguna vez se han imaginado su vida cuando sean viejos y estén en una mecedora en un pórtico?

ellas son las personas que están ahí, en esa imagen mental del futuro.

Hay mil cosas que uno puede criticarle a FaPsi, he leído a mucha gente que egresa y está molesta con todo, puedo entender y coincidir con algunas cosas. Que el plan por competencias, que los maestros, que los programas... y bueno, comencé a escribir ejemplos y le iba a seguir en la lista, pero creo que ya quedó claro el punto jajaja

En mi caso, quizá muy ingenuo o romántico, prefiero voltear atrás, ver todo y pensar en un gracias, en verdad gracias. Sin duda, aprendí lo que tenía que aprender.